La alegría de un niño
Hoy por la mañana, mientras me dirigía a dejar a mi mamá a su trabajo, vimos pasar por la calle una niña pequeñita de la mano de su madre, la niña iba brincando y sonriente mientras caminaba a lo que parecía era su camino al pre-escolar, mientras mi mamá la veía sonriente me dijo: “recuerdo cuando tenias esa edad, hacías siempre lo mismo, brincoteabas y jugabas todo el tiempo”, no pude evitar sonreír pues inmediatamente lo recordé, siempre fui una niña muy inquieta, me la pasaba jugando y sonriendo de un lado a otro, recuerdo mi infancia y me parece tan linda pues la disfruté tanto a pesar de no tener lujos ni todo lo que deseaba, siempre fui feliz con la vida que Dios me dio.
Recordar cuando éramos pequeños para la mayoría de las personas nos resulta siempre algo agradable, pues nos hace recordar todos esos momentos en que era tan fácil estar contento, a pesar de las necesidades y no se diga de los regaños por alguna travesura, la alegría siempre estaba ahí presente de una manera permanente y tan natural de cada niño.
La felicidad de un niño es tan contagiosa, esas risitas inocentes, esas demostraciones de afecto desinteresadas, esa facilidad para olvidar cuando tienen conflicto con otro niño, la humildad y la disposición de convivir, para ellos los problemas son “cosa de grandes” y para sus padres no hay nada mas motivante que verlos sonreír.
¡Cuanto más será la alegría de Dios al vernos sonreír a pesar de todo lo que pasa a nuestro alrededor! al ver que disfrutamos de la vida que nos da, contentos con lo que tenemos olvidándonos un poco de lo que aun no llega.
Todos llevamos un niño en nuestro interior, pero a veces por distintos motivos lo olvidamos, te aseguro que sea cual sea tu edad aun hay cosas que haces como las que hacen los niños, bromear o juguetear con alguien, entretenerte con alguna caricatura aunque digas que son tus hijos o tus hermanitos los que las ven, pequeñas cosas que a veces sin pensarlo nos encontramos haciendo, disfrutamos de momentos con los niños, porque en medio de tantas cosas nos contagian siempre su alegría, haciéndonos olvidar un poco de las cosas pesadas de la vida.
Lo que tanto caracteriza a los niños es su corazón puro, sin malicia, su confianza, su humildad, su capacidad de perdón, sus ganas de vivir, el amor que comparten con quien los rodea, el que no hacen distinción de personas, no se preocupan de mas por sus necesidades porque saben que serán suplidas, justamente de todas esas cualidades proviene su alegría esa es la razón por la que siempre están contentos a pesar de lo que sucede a su alrededor.
Vivir y responsabilizarnos como adultos, pero confiar y disfrutar siempre como niños es la clave de la alegría de la vida.
Autora: Maite Leija
Escrito para: www.mensajesdeanimo.com
Siempre que leo una entrada en la que una persona recuerda su niñez, los recuerdos saltan a mi cabeza, algunos buenos y otros difíciles, pero no malos. No todos tuvimos la misma niñez, pero si todos tuvimos la alegría incomparable que irradia un niño cuando sonríe, juega, hace preguntas inocentes, etc.
En ocasiones pasadas pensaba, en que momento deje de ser niño para autocategorizarme como adulto, pero creo que la respuesta es nunca, hasta ahora sigo siendolo, pero de corazon. Y recordar eso me ayuda a ser un poco o bastante más feliz.