Varios han sido los artistas que han querido grabar discos con canciones que han sido famosas en otras épocas, agregándole efectos modernos y utilizando la tecnología para mejorar el sonido o la calidad de éste. Hay discos completos de “clásicos” cantados por voces modernas y en donde resaltan el valor de volver a la calidad original, volver a los orígenes de la música.

Esta idea de “volver a los orígenes” no es tan lejana en otros ámbitos de nuestra vida, tampoco es algo que sólo los artistas realicen. Creo que cada uno de nosotros, en algún momento, hemos tenido que volver a los orígenes de algo…ya sea para corregir o para comenzar un proyecto nuevo.

Me hace mucho sentido esta idea porque en varias ocasiones he tenido que regresar al punto de partida para comenzar algo nuevo o bien, para corregir algo que tal vez no resultó como yo lo esperaba o como se proyectaba desde un comienzo. Creo que en más de una ocasión nos hemos visto en alguna de esta situaciones: un trabajo que se volvió extremadamente demandante y agotador, una amistad que no es como antes, relaciones familiares que en algún momento dejaron de ser tan cercanas, una relación de pareja que se terminó u otra que recién comenzó, y una larga lista de etcéteras podríamos agregar aquí, el elemento en común es que existía un plan original y ése no se cumplió.

No sé si alguna vez has perdido algún objeto, las llaves, un lápiz o algún documento que llevas en la mano. Para recuperarlo, empiezas a hacer mentalmente el recorrido desde que tenías el objeto en tus manos hasta que te diste cuenta que ya no estaba, eso también es regresar a los orígenes y te permite encontrar el punto en que puede que esté lo que buscas. Bueno, muchas veces lo hacemos con objetos y muy pocas veces con cosas muchísimo más valiosas que perdemos de vista: la fe, la esperanza, la familia, la comunicación, el amor, la paciencia, la solidaridad, la capacidad de entrega desinteresada, el perdón…hay cosas que desaparecen de nuestra vida sin darnos cuenta y para reencontrarnos con ellas debemos volver a los orígenes, al punto donde existían y de pronto se extinguieron.

Me encanta esta idea, porque así como los artistas lo han hecho cuando vuelve a aparecer en las radios una canción que ya no se escuchaba y  generaciones que no habían tenido acceso a ella la cantan y hasta bailan, cuando nos encontramos con el lugar de origen de algo, nos encontramos con todas las emociones que se asocian a ese origen. Por ejemplo, las madres cuando ven fotos de sus hijos pequeños  pueden incluso llegar a sentir el aroma a bebé de sus retoños. Vuelven al origen.

Hace muy poco tiempo experimenté la posibilidad de volver al origen de algo, poder encontrarme nuevamente con el plan original, aquel que por distintas situaciones y decisiones cambió de dirección y junto con ser una inmensa sorpresa, ha sido un tremendo regalo. Piensa unos momentos y reflexiona en torno a los planes originales de tu vida, si hay alguno que ha perdido la dirección pídele ayuda al creador de ese plan, su nombre es Cristo y Él lo tiene todo fríamente calculado. Sus planes son mayores a los tuyos, pero debes saber reconocerlos para abrazarlos y no separarte más de ellos, de esta forma los lograrás y de esta forma el “volver a los orígenes” será una tarea que orientará toda tu vida.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.mensajesdeanimo.com