Etapas

Etapas

etapasCuando era pequeña (de edad) siempre imaginaba mi futuro como una película de Hollywood. Creía que estudiaría en la Universidad una carrera muy difícil, que rápidamente tendría un trabajo que me generara altos ingresos, que tendría un marido, hijos, una casa y posiblemente un perro. Cuando era niña estaba segura que el futuro que me esperaba era extraordinariamente prometedor, pero sobretodo, instantáneo. No pensaba en que conseguir todo lo que deseaba en ese entonces requeriría de mucho esfuerzo, sacrificio, pero también muchísimo tiempo. Siempre fantaseaba sobre mi futuro, me imaginaba hasta con la ropa que iba a ir vestida a trabajar y los tacones que usaría. Siempre pensaba que lo que iba a venir era mucho mejor de lo que ya estaba viviendo.

Con el paso de los años y al ir adquiriendo un juicio de realidad adecuado, me di cuenta que el crecer no era tan sencillo; sin embargo, siendo niña quería ser grande para “tener mi familia y mis cosas”, razonamiento típico que se instala con aún más fuerza en la adolescencia.

Mientras fui estudiante universitaria siempre soñaba con el día en que podría trabajar en lo que me apasionaba, en que podría viajar por el mundo, vestirme con la ropa que soñaba y comenzar a formar una familia. Siempre mirando en prospectiva. Al salir de la universidad y enfrentarme al mundo laboral sufrí la segunda “muerte” del “mundo justo” y me di cuenta de que la “realidad” fuera de las cuatro paredes de una facultad era muy distinta y que por mucho que amara la profesión, habría momentos en que querría salir corriendo.

Con lo que digo no quiero más que evidenciar como somos como humanos, si bien no planificamos detalladamente cada instante de nuestra vida, siempre en el presente estamos pensando que la etapa que vendrá será 100% mejor que la anterior o que no se parecerá en nada a ella. La verdad es que sí y no. En cada una de las etapas que hemos vivido, vivimos y viviremos encontraremos pro y contras, por eso es bueno no saltárselas y vivir cada una de ellas hasta que resolvamos las tareas del desarrollo que le están asociadas. Cada etapa tiene su valor, su gracia y su disfrute. Cuando se es niño, cuando se es adolescente, cuando se es adulto, cuando se es soltero, cuando se es casado, cuando se es inmigrante, cuando se es profesional, cuando se es estudiante, etc. Y esto lo dijo muy bien Jesús al señalar en el libro de Eclesiastés 3, verso uno:” Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.

Todo, absolutamente tiene su momento, y así como tiene su momento tiene su valor, su disfrute y sus beneficios. Me pasa muy seguido que aún sabiendo esta tremenda verdad a veces pienso que la etapa que viene o que yo espero que venga será 100% distinta y “mágicamente” perfecta, y cuando no es así me decepciono y quiero o volver a la anterior o dar un salto y pasar a la siguiente. Y ahí es cuando el Espíritu Santo ordena mi cabeza y hace que aterrice y vuelva a negociar mis expectativas, no porque lo que viene no es bueno, sino porque de seguro traerá alegrías y también desafíos que deberé enfrentar con la misma disposición y vigor anteriores.

Cada etapa es necesaria para formar lo que vamos siendo, y cada etapa representa un escalón más hacia aquél sueño de la infancia que podemos anidar en nuestros recuerdos.

Jesús disfrutó cada una de las etapas que le tocó vivir. Cuando era niño lo disfrutó, no comenzó a pensar en que debía salvar a la humanidad en 20 ó 25 años más; Él disfrutó siendo hombre, siendo niño, siendo adolescente y siendo joven. Cada etapa y cada tiempo lo utilizó a su favor, sabiendo que tenía poco plazo para estar en la tierra, aún así decidió vivir en plenitud todos sus momentos y eso es algo que lo ha trasformado incluso en un “personaje” reconocido para aquellos que no validan su deidad.

Sea cual sea la etapa que estés viviendo, disfruta cada instante y no anheles que llegue rápidamente el futuro. Espera pacientemente y llegará  en el momento que Dios determine que estás preparado para que así sea, ni un minuto antes, ni un minuto después. Aunque demore lo que esperas, llegará, sólo disfruta en el lugar y posición en el que estás HOY.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.mensajesdeanimo.com



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