Procrastinando cambios

Procrastinando cambios

Procrastinando cambiosLa procrastinación es una conducta de evitación reiterada, consciente o inconsciente de lo que se percibe como desagradable, incómodo y/o difícil. En más de alguna ocasión te debes haber encontrado ad portas a realizar alguna actividad que posea las características antes mencionadas y te has demorado mucho tiempo en comenzar.

No es difícil recordar mis tiempos de estudiante cuando tenía que preparar extensas evaluaciones un día domingo en la tarde. Comenzaba quejándome de lo mucho que tenía que leer y cuando el sol entraba por mi ventana era aún peor, porque pensaba en todas las actividades al exterior de mi dormitorio que podría estar realizando y que, obviamente, eran mucho más divertidas que sentarme a leer. Luego continuaba ordenando alguna sección de mi closet, botando papeles antiguos o esmaltándome las uñas, todas ellas acciones para evitar el estudio. Incluso en el momento mismo del estudio, comenzaba a completar mi agenda con las evaluaciones pendientes o lo que debía realizar el día lunes. En consecuencia, procrastinaba toda mi sesión de estudio porque ésta me resultaba desagradable, muy desagradable.

Pero no sólo en tareas como éstas podemos procrastinar, también podemos hacerlo en nuestros propios procesos de cambio. Si hay alguien que debe conocer bien como somos, somos nosotros mismos. Mal que mal vivimos TODA la vida con nosotros mismos, por tanto accedemos a información confidencial que aún nuestros propios padres no conocen ni tampoco revelaremos. En este conocimiento profundo que tenemos de nosotros mismos, sabemos que hay cosas que debemos cambiar para tener la clase de vida que queremos y ser la clase de persona que queremos ser. Cuando nos enfrentamos a estas cosas o situaciones que tenemos que cambiar nos resistimos a hacerlo, evitándolos a toda costa porque “soy así”, “el Señor me hizo así”, “mi papá también era así”, “el que me quiera me tendrá que aceptar así” y una serie de oraciones para el bronce que sacan más de una roncha al escucharlas. En este proceso entre que nos damos cuenta de los cambios necesarios y no los hacemos estamos procrastinado el cambio. Nos resulta incómodo, desagradable y/o difícil el hacerlo por lo que lo evitamos de manera activa o pasiva.

Lo más importante para combatir la procrastinación es encontrarle el sentido y la razón de porqué hay que hacer aquello que hay que hacer; pensar en las consecuencias de si no lo hacemos, los efectos a largo plazo que  tendría el no realizar, por ejemplo, el cambio “X” o “Y”; también el fijarse metas realistas, sin esperar la perfección y dividir la meta en submetas que nos acerquen con mayor seguridad a lo que aspiramos y en caso de que ya nos sea imposible de realizar, pedir ayuda y pensar si esta tarea, meta o cambio puedo realizarlo solo o por mí mismo o bien necesito pedirle a alguien que me ayude o acompañe.

La procrastinación puede ser un enemigo peligroso, que se resiste a lo nuevo y no nos permite completar las tareas de manera exitosa, o como nosotros consideremos que sea exitoso, de acuerdo a nuestros planes futuros y al proyecto de vida que repasamos antes de quedarnos dormidos. La procrastinación puede ser un vicio, que nos hace prisioneros y nos impide avanzar.

No procrastines más el dejar de procrastinar y comienza a trabajar en aquello que sabes que debes realizar.

Comienza ahora.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.mensajesdeanimo.com



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