A SEGUIR Y A EMPEZAR
¿Quién no vistió alguna vez de viuda, payaso, o muerte? …¿Quién no se confundió entre el gentío formando parte de un ritual que intentaba borrar, a punta de fuego, circunstancias negativas que formaron parte del año que estaba por concluir?.
Cada fin de diciembre se sigue repitiendo el rito: armamos el muñeco; lo exhibimos ante la faz pública, como deseando avergonzarlo, y llegada la hora, procedemos a apalearlo, incinerarlo, y saltarlo. Paralelamente a ello, nos abrazamos, hacemos promesas de enmienda, saltamos la desfalleciente hoguera; y, sobre las últimas cenizas, brindamos porque el año que arriba, traiga a nuestra vida el anhelado cambio.
Sin embargo, muchas veces, acabado el ritual, superada la mala noche, retirado el antifaz de nuestro rostro, terminábamos reconociendo que el tan esperado cambio de año, no había sido más que una simple ilusión, una pompa de jabón, un pasar la hoja del calendario, pues corazón adentro, todo seguía igual.
Querid@s amig@s: Culminó otro año más; es de esperar que simbólicamente hayamos lanzado a las brasas: adicciones, fracasos, heridas, rencillas, orgullo, odio, venganza, vanidad, murmuración , avaricia… o sea ,todo ese lastre que ha entorpecido nuestra relación con el dueño de la vida : Dios.
Corresponde entonces darle las gracias por lo que nos ha dado, comenzando por la vida, la salud, la familia, el pan diario, e inclusive por lo que aún no hemos conseguido, pero con la esperanza de que en cualquier momento -si es parte de su promesa- lo obtendremos.
Finalmente no le prometamos nada, pues muchas veces las promesas se las lleva el viento. Más bien pidámosle discernimiento para conocer cuál es el propósito que tiene para nuestra vida en el año que acabamos de empezar. Y luego de ello sí, comencemos a actuar, pues como El mismo lo dice: le interesan nuestros frutos, más que nuestras palabras.
Feliz 2014 a todos los lectores
“Enséñame , Señor a seguir tus decretos,
y los cumpliré hasta el fin.
Dame entendimiento para seguir tu ley,
y la cumpliré de todo corazón” :
(Sal. 119:33,34)
Autor: William Brayanes
Escrito para www.mensajesdeanimo.com