Su abrazo arropó mi corazón…
Hay abrazos que marcan un tiempo, un momento en el que todo cambia. Un abrazo que llega como el sol después de una noche muy oscura o el arco iris después de una gran tormenta. Abrazos que son como lluvia que cae en medio de un desierto y que arropan por completo como cuando hay noches de luna llena. Un abrazo así fue el que Dios me dio en aquel momento cuando más lo necesité. Y cuando me abrazó me infundió aliento, disipó mis temores, él logró calmar mis miedos. Silenció las voces que me atormentaban, llenó mi interior de luz. Su abrazo traspasó mis rencores, se llevó las culpas, cambió el luto por alegría. Me hizo sentir amada de una forma plena y diferente. Su amor cubrió mis imperfecciones, perfeccionó mi vida. En su abrazo me sentí segura, pude volar sin alas, experimentar una paz sublime. En su abrazo encontré mi identidad, comprendí que no había sido olvidada, sino más bien siempre pensada. En ese abrazo se fundió mi corazón y tus latidos marcaron mi ritmo, me dieron nueva vida, nuevo sendero y un grandioso destino.
En tu abrazo mi buen Dios yo encontré salvación y redención. Y en este dulce amor me envuelvo, tu gracia me sostiene, pues en tu abrazo encontré la fuente de amor inagotable.
por Brendaliz Avilés
Proporcionado por la autora para publicarlo en www.mensajesdeanimo.com
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