La única lucha que verdaderamente se pierde es la que se abandona
¿Cuántas veces te has sentido derrotado? ¿Cuántas veces tus fuerzas han estado al límite y todo lo que has querido es salir corriendo y literalmente “desaparecer”?
Lo que es a mí, muchas veces. Tal vez demasiadas para mi gusto, pero ese soy yo.
Días pasados, camino al trabajo, estaba en uno de esos “trances”. No iba a trabajar, a gozar de la bendición del trabajo, precisamente. Iba a sufrir otro de “esos días”. Venía pensando y reflexionando en estas cosas, derramando mi corazón delante de Dios, cuando algo dibujado en el piso de la plaza llamó mi atención. Era una silueta del típico pañuelo que distingue a las integrantes de la O.N.G. “Madres de Plaza de Mayo”.
En mi país, Argentina, esta Organización No Gubernamental (O.N.G.) se dedica básicamente a buscar personas que cuando eran bebés a fines de los ’70 fueron sustraídos de sus madres naturales por el gobierno militar de turno y entregados en adopciones ilegales a otras familias.
La lucha histórica de esta organización es realmente encomiable, ya que a lo largo de su existencia, ha devuelto la verdadera identidad a un gran número de hijos de víctimas de la tristemente célebre dictadura militar que flageló a mi país entre 1976 y 1983.
Y hoy continúan con su lucha sin desmayar. Pero lo realmente destacable de esto, no es la iniciativa de un grupo de madres que decidió un día emprender una lucha y este año estuvieron nominadas al Premio Nobel de la Paz. Lo que me llenó los ojos de lágrimas, me hizo un nudo en la garganta y me habló al corazón esa mañana triste, es la leyenda que había en el pañuelo dibujado en el suelo:
“La única lucha que verdaderamente se pierde es la que se abandona.”
¿Cómo abandonar? ¿Cómo aceptar una derrota que no existe? SEÑOR, DAME FUERZAS DE DONDE NO LAS HAYA PARA SEGUIR LUCHANDO, le dije a Dios.
Si estás en un trance de esos en los que la tormenta arrecia, cuando todo es negro, cuando todas son malas noticias, por favor no te olvides de esto:
“La única lucha que verdaderamente se pierde es la que se abandona.”
Escrito para www.mensajesdeanimo.com
Autor: Luis Caccia Guerra
Gracias por ese mensaje llega en el momento justo.
saludos.
Jenny