¡No puedo… tengo miedo!

¡No puedo… tengo miedo!

“Sean firmes y valientes, no teman ni se aterroricen ante ellos, porque el Señor  tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.”

(Deuteronomio 31:6.) 

¿Qué alce la mano quien alguna vez, no ha sentido temor   a algo o a alguien?

Desfavorablemente desde que fuimos niños, el temor entró  a molestar nuestra vida, y todo porque   fuimos criados  en la cultura del miedo. Recordemos que el temor a la  oscuridad fue el primero que experimentamos,  ya que nos enseñaron a relacionar las sombras con lo maligno y  tenebroso,  a temer que se nos aparezcan diablos,  fantasmas,   seres de ultratumba. Inclusive algunos padres y maestros apegados a lo religioso,  aportaron también   al amenazarnos con la cantaleta diaria: si  te portas mal,   te va a salir el  “cuco”.

Acerca de nuestras faltas y travesuras infantiles, se nos dijo que por ellas iríamos a las pailas de los quintos infiernos, en donde sus habitantes nos someterían a torturas eternas, tales como ingerir  plomo derretido.

En la escuela  estaba prohibido que juguemos  a las escondidas; mientras a   las chicas de pelo largo   se les afirmaba que  iban a ser visitadas  por  un  duende: enano, cabezón,  y lujurioso.  Para sustentar toda esta cultura ,  no faltaron las   lúgubres     leyendas, que  nos obligaban  a dormir temprano y sin sueño,  alimentadas por   el    cine  con sus personajes tradicionales desde :  Drácula, Frankestein, y el   destripador de Londres,      hasta  Jeison ,   Freddy Kriüger, Chuky   y otros  más, de los cuales los chicos modernos  ya no huyen, sino más bien son sus admiradores.

La doce de la noche fue declarada fatídica, porque según el mito,  era la hora  en que salían a su ronda habitual   las almas en pena y otros  aparecidos.

Es en  la base de aquellos temores   costumbristas ,  que se ha edificado otro tipo de miedos :    aquellos que no  dejan a las personas desarrollarse plenamente en la sociedad, tales como :   temores al fracaso, a la pobreza, al dolor, a la inseguridad, a la enfermedad , a la muerte… que   al igual que los anteriores,  han sido inculcados,  directa o indirectamente desde la  infancia , convirtiéndose luego en esos traumas , complejos o   fobias ,  que coartan  lo espontáneo de la  gente.

Mi amigo, mi amiga ¿eres tú  una de tantas víctimas de ese temor arrollador  que paraliza tus planes, tus actos, tus decisiones, que no te permite una buena comunicación con el resto,  que no te deja  avanzar con naturalidad por la vida, o  que te ha  convertido en un ser: introvertido,   individualista,  huidizo? …  ¿A  lo mejor   has buscado -sin éxito- ayuda   en todo sitio, desde el Psiquiatra  , la meditación  y los  libros de autoayuda, hasta el alcohol, las drogas, o   consultas a  las cartas, el tarot y los brujos?

De ser así,  no   olvides acudir a las fuentes de las Sagradas Escrituras, en cuyas páginas hay infinidad de contenidos  que te enseñarán a salir del miedo, a  confiar en Dios, a manejar tus emociones, a superar las cargas,  a sobrellevar  éste y todo  tipo de problemas, pero no a tu manera, sino a la de Él. Por algo es    el mejor siquiatra del universo, y el especialista  en imposibles.

Afiánzate  en lo que dice SU Palabra: “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio…”  (2 Timoteo 1:7)

Autor: William Brayanes

Escrito para www.mensajesdeanimo.com



Mensajes que puedan interesarte...

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Automatic Plugins by Web Design