Un día en la mañana me encontré con un correo electrónico que cambió mi día y que, además, llegó en un momento preciso. Esos momentos en donde necesitas que alguien te escriba algo alentador o que te desafíe a seguir adelante, que es lo que yo también pretendo cada vez que me siento a escribir, ¡espero lograrlo!.

En ese mail, me escribía una de mis mejores amigas y señalaba allí, su gratitud por ser yo una de las personas que “inspiraba su vida”. Cuando lo leí, quedé perpleja, es una declaración con gran poder y que, a la vez, conlleva una gran responsabilidad.  Sin embrago, la gratitud por pertenecer a esta categoría fue mayor y se me pasó el terror a no cumplir con las expectativas de mi amiga, tema que ya hemos conversado en más de una ocasión a través de estos escritos.

A través de lo anterior, me puse a pensar en lo poco que le decimos a la gente cuando admiramos algo en ellas. Tal parece ser que la crítica o las bromas nos ocupan tanto tiempo, que no solemos reconocer en los demás aquellas cosas que valoramos en ellos y que, es más, sentimos que nosotros no seríamos capaces de hacer, ni en el día en que más “buenos” nos sentimos. A estas personas las llamo “los héroes sin superpoderes”, porque eso es lo que realmente son.

Estos héroes y heroínas sin superpoderes no tienen visión infrarroja, gran velocidad, fuerza extrema, o algún color extraño, son personas como tú y como ya que hacen diariamente cosas simples, pero extraordinarias a la vez. Son esos amigos que son capaces de entregarte una sonrisa con todo el mundo sobre ellos, esos papás que se desvelan contigo para acompañarte a hacer algún trabajo o cuidar tu fiebre, esos hermanos que recorren kilómetros y traen una maleta llena de regalos sólo para verte sonreír, o ese novio que te dice que si te fueras a la China, te seguiría amando igual, e incluso más. Son las personas que te rodean, que hacen de tu vida un lugar más feliz para vivir, que desean lo mejor para ti y que en ellos, ves cosas que admiras y de las que le cuentas al resto, pero pocas veces se las reconoces.

Es fin de año, tiempo en el que solemos realizar balances y darnos cuenta de que hubo gente que salió de nuestra vida y hubo otra que entró a ser parte de ella. Muchas veces nos quedamos más con lo primero, aquellos que salieron de nuestra vida por distintas circunstancias y nos perdemos de “celebrar” la llegada de nuevos amigos, compañeros, novio/a, el re encuentro con algún familiar o el contacto casual con alguien que nos alegra el día.

Sin lugar a dudas todos hemos tenido durante el 2011 algún episodio que nos ha hecho muy felices, al menos uno, y  que seguramente se relaciona con alguna o algunas personas cercanas a nosotros. No dejemos que este año se vaya sin dar el reconocimiento a nuestros héroes y heroínas, aquellas personas que nos inspiran, nos alientan y hacen del 2012 la promesa de un año muchísimo mejor. No aplacemos nuestras manifestaciones de amor, gratitud, alegría, respeto y admiración, nuestro héroes puede que estén de “capa caída” y también estén esperando su cosecha. Seamos buena tierra y devolvamos abundantes frutos a quienes están dispuestos a sembrar en nuestra vida diariamente, muchas veces sin esperar ver o disfrutar de la cosecha. Seamos agradecidos de las personas que Dios ha puesto a nuestro lado para acompañarnos en los buenos – y en los no tan buenos también- tiempos, retribuyamos con generosidad y no dejemos pasar un instante para disfrutar de la bendición de sus compañías.

Autora: Poly Toro

Escrito para www.mensajesdeanimo.com