Aprendiendo a ser mejor hija tuya
¿Cuántas veces hemos querido parecernos a nuestro Padre Celestial? Ser iguales a Él, dejando atrás los errores, las faltas y el mal comportamiento que hemos tenido delante de nuestro Señor.
Repasando el año que pasó 2015, repasando mi vida, recordando mis ventajas y desventajas, mis errores, mis faltas, mis pecados, mi alejamiento de mi Padre; también escuchando hoy letras de canciones que tal vez se acerquen a lo que muchos queremos tratar de decir con palabras que a veces se nos escapan o no aparecen cuando las precisamos para expresarnos.
He hecho escritos sobre mis batallas perdidas y ganadas y he resaltado ambas ¡Gloria al Señor por las numerosas batallas en las que he salido Victoriosa gracias a El! Desde el principio de mi vida hasta ahora, en estos jóvenes 23 años de vida he aprendido mucho más de lo que pude imaginarme y llegar a pensar.
Hoy, más que nunca quiero ser más como tú Señor, conocer la Gloria que le diste a tu hijo, seguir recibiendo a cada instante tu amor inmenso e infinito. Saber que puedo caminar por las aguas cuando tú me llames, alzar el vuelo como águila y volar sobre la tormenta sabiendo que tú me das la fuerza para seguir.
Nada bueno hubo y hay en mí, mas cuando me volví a acercar a tí, transformaste, renovaste, cambiaste mi forma de ver, pensar, sentir las cosas, la vida y por sobretodo, conocerte más a ti.
Aprendí a decidir perdonar a aquellas personas que más me hirieron, aprendí a valorar a las personas por su espíritu, por su belleza interna. Aprendí a respetar a los demás, a no criticar ni juzgar a aquellos que pareciera que todo juega a su favor y les va bien en la vida y no parece justo.
Aprendí y estoy aprendiendo, mejor dicho, estoy en el proceso de aprendizaje, donde debo aprender a esperar, a ser paciente, a entender los tiempos de Dios. Aprendí a querer a mi país y bendecirlo para que Dios gobierne de forma justa sobre él.
Aprendo a que no me soltaras en la calma y en la tormenta, no me abandonarás, no me rechazarás, no me olvidarás, no me dejarás ni por un instante, un momento sola. Me sostendrás en tus manos con el cuidado que recibe un ave pequeña y delicada. Lo has hecho durante todo este tiempo y Creo que lo seguirás haciendo.
Crecer conociéndote es lo que más anhelo hoy, saber que un día seré completa en ti. Hoy mi rostro elevo a ti Señor, en ti, sé que viva estoy, me tocaste, me llamaste, me buscaste, lo sigues haciendo, no quieres que nada ni nadie me aparte de ti, de tu camino, el camino que has marcado para que siga, de tus planes, de tu amor. Somos hijos tuyos.
Tengo decidido que tú eres mi fiel y gran amigo, quiero caminar contigo y que tu camines conmigo, mi corazón es tuyo, tú eres mi primer gran y verdadero amor.
No importa en donde esté, ni la situación por la que esté pasando, ni donde me encuentre, tú estás ahí conmigo, dándome el aliento y la fuerza que necesito para seguir adelante, para levantarme y continuar.
He escrito también sobre los sueños que tenemos cada uno de nosotros, tú conoces los míos y yo quiero conocer los tuyos. Mas a veces me pareció injusto no ver parte o algunos sueños hechos realidad, algunos de ellos no fueron hechos para mí. Me costó entenderlo y aceptarlo, pero entendí que no eran, no estaban hechos para mí. Otros sueños los tengo en un segundo plano, son importantes, pero hay prioridades más importantes aún. Como tú Señor, mi familia, mis estudios, mi vida, que a lo largo de ella, seguro iré concretando cada sueño que anhelo desde hace ya varios años. Sueños que para muchos, tal vez no tengan sentido, pero yo creo que cada proyecto, sueño, emprendimiento tiene un sentido, un mensaje tuyo que puede mostrarse.
Aprendo día a día a querer, a valorar y a respetar más tu creación, tus maravillas. Toda tu creación, me gozo al ver y saber cómo llamas mi atención.
“Enciende una luz y déjala brillar, la luz de Jesús, que brilla en todo lugar, no la puedes detener, no te puedes callar, ante tal necesidad, enciende una luz en la oscuridad…” (Marcos Witt). Esta frase de un artista cristiano, es la letra que más me gusta de muchas canciones. No hay mucho que decir de ella, pues sola se hace entender, entender su mensaje.
Todos los días enciendo una luz, pero no solo para pedirle por una necesidad o un anhelo, también para agradecerle todo lo que nos da, nos entrega a diario, su fiel compañía, su amor inmenso, mejorar como personas, como hijos suyos, pues si queremos conocer su Gloria, ser como El.
Quiero ser como tú, reflejar al mundo tu amor.
estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
(Filipenses 1:6 RV60)
Por: Jésica Andrea
Escrito para www.mensajesdeanimo.com