¿Buscas tips para sacar manchas?

¿Buscas tips para sacar  manchas?    

“No te apresures en tu espíritu a enojarte,

porque la ira en el seno de los necios

reposa” .

(Eclesiastés 7:29)

En cierta ocasión, hace muchos años atrás,  tuve que buscar algunos tips o consejos para limpiar una mancha de tinta que uno de mis hijos pequeños, amante del arte pictórico, esparció sin querer sobre mi blanca camisa.

Como era  de esperarse por parte de alguien como yo,  que  en ese entonces aún  no conocía del Señor,   me dejé llevar por el  coraje extremo , al punto de   soltarle  a mi hijo  una retahíla de adjetivos, desde:  tonto,  bobo y zoquete, hasta atarantado,   torpe, y obtuso.

De inmediato  me dediqué a buscar publicaciones especializadas en consejos caseros,  para sacar la famosa mancha de tinta.   Como producto de tal investigación,  encontré   un sinnúmero de  tratamientos o   fórmulas ,  a base de  :  leche tibia ,   alcohol, solvente, quitaesmalte, zumo de limón , sal,   vinagre   yogur  , laca para el cabello,  bicarbonato de sodio con agua oxigenada… y muchas más  que ya no recuerdo bien.

Lo que sí recuerdo es que tuve éxito,   pues mi camisa volvió a lucir pulcra ,   nívea, impecable, como nueva,   logrando que me olvide del  mal rato pasado.

Pero  mi satisfacción fue momentánea, pues  la   mirada de mi pequeño -cargada de tristeza y resentimiento-  me persiguió acusadoramente durante el resto ese día.

Amigo,  amiga:    en nuestra vida cotidiana  se producen  manchas de toda índole, que gracias a   una serie de  trucos caseros, se  pueden retirar.  En cambio hay otro tipo de  manchas que por más    consejos  que apliquemos,   no     lograremos quitar   del todo. Precisamente entre estas manchas   están   los dolores y heridas    provocadas por las  ofensas,  por las   palabras hostiles y descomedidas, o por los  insultos que en instantes de coraje lanzamos   hacia el resto de personas, especialmente hacia  los seres que  decimos querer.

Tal vez habrás escuchado   decir que  hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra dada y la oportunidad perdida. Esa es una gran realidad, por ello las  Sagradas Escrituras    nos mandan a  que seamos :    prestos para oír, tardos para hablar, y tardos para enojarnos.  (Santiago 1: 19).

Autor: William Brayanes

Escrito para www.destellodesugloria.org



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