Me encanta soñar. No hablo de la actividad onírica que se produce mientras dormimos, hablo del soñar, desear que ocurran cosas que aún no he visto y que creo que se harán realidad en algún minuto. Uno de los miles de sueños que tengo (de los que se pueden contar jajajaja) es viajar y conocer Italia. Es gracioso, mi hermana mayor vive en Europa y nunca he podido ir a visitarla; sin embargo, es como si ella viera todas esas maravillas por mí y por ella. Veo sus fotos y las disfruto como si hubiese estado allí, con ella.

Cuando tú tienes un sueño en tu corazón que realmente es de aquellos que estás empeñado en cumplir, es muy probable que quienes te rodeen lo sepan muy bien. Por ejemplo, para la navidad del año pasado mi hermana me regaló un diccionario de italiano- español y un sobre con un par de euros, el sobre afuera decía “para tu primera pizza”. Tanto he hablado de esto que una amiga viajó a Europa, estando en Venecia se sacó una foto sosteniendo un papel blanco que decía “Poly”, aludiendo a que yo estaba allí.

Obviamente existen personas que me han dicho que no hay nada de especial en Italia o en Europa y que existen lugares mucho mejores para visitar y está bien, es su opinión. Cuando tienes un sueño grabado en tu corazón no te importa lo que el resto te diga u opine, tu sueño no se mueve de tu corazón.  Y así como este sueño de viajar es un ejemplo, existen millares de sueños que puedes tener. Lo importante es alimentarlos, compartirlos con quienes puedan ayudarte a acercarte a él, nunca perder la esperanza de que se va a cumplir y saber esperar, aunque para esto se requiera de mucha, mucha paciencia.

Una vez leí una frase que decía “creyendo para ver” y me hizo sentido de manera muy profunda. Si yo creo en mi corazón y decreto que así va a pasar, me acerco cada vez más al cumplimiento de mis metas, me acerco a ver aquello que estoy a punto de alcanzar. Y esto no lo digo yo, lo dice alguien inmensamente soñador, inmensamente sabio. Lo dice Dios.

Dios fue, es y será el “ser” más creativo que ha pisado la faz de la tierra. Mira a tu alrededor, mira por tu ventana…todo lo que te rodea fue creado por Él. Dios tuvo un sueño y primero tuvo que creer que lo podía cumplir, su sueño era crear un mundo en el que tú y yo pudiésemos vivir de la manera más cómoda y feliz posible, ese era su plan original al menos.  Su sueño fue más allá cuando terminó la primera parte, ya no sólo quería crear a este mundo, también lo quería salvar y para eso creyó que la sangre de Su hijo Jesús tendría el poder para hacerlo. Pero más allá de todo lo maravillosamente extraordinario que es esto (si es que se pueden usar ambas palabras en la misma oración), un día Él soñó contigo y conmigo, soñó que serías tal como eres hoy. Soñó con tu rostro, TE VIO y cuando te vio… ¡TE CREÓ!

Así como Dios fue capaz de contagiarse de Sus propios sueños para continuar Su cruzada por salvar a la humanidad, contágiate con los sueños que hay en tu corazón. Permite que avancen como ríos por tu corazón y que inunden todo lo que haces. Cada día estás más cerca, cada día te acercas más a tu propia Italia…

Buon viaggio!

Autora: Poly Toro

Escrito para www.mensajesdeanimo.com