De siembras y de cosechas
En cierta oportunidad tuve un encuentro con alguien a quien no veía hace algo menos de diez años. La conversación café de por medio pasó por los temas habituales de dos personas que hace mucho tiempo no se ven: trabajo, familia, ministerio, proyectos de vida. Sin embargo, mi interlocutor -creyente de origen bautista, hoy pastor- muy a mi pesar se ocupó de que el excelente trabajo secular que tiene y el dinero que gana fueran tema recurrente una y otra vez durante el transcurso de toda la charla.
Pero lo relevante aquí no es la persona ni su tema de conversación, sino lo que por contraste movilizó dentro de mí.
Después de haber pasado en esa época una Navidad triste a raíz de una situación ajena que vino a parar al seno de mi familia y nos afectó más de lo que creímos; de tener un trato laboral que dejaba mucho que desear en una amplia mayoría de sus aspectos y que en lo financiero no era justamente mi momento más propicio; un “cálido encuentro” como éste era la gota que me faltaba para desbordar la copa y hacer que la tristeza profunda y la amargura mal contenida ganaran terreno sobre la fe y la esperanza.
Recordé entonces una reflexión en familia con mi esposa y mi hija, el día de nuestra Navidad entre lágrimas, que ayudó a comprender el dolor de las heridas:
Si la mala siembra, infelicidad y desdicha de terceros tiene el poder de quitar tu fe, esperanza y felicidad, no es culpa de ellos. Si puede hacer eso es porque algo está mal con vos.
Nuestra condición actual es el resultado de la toma de decisiones equivocadas en el pasado… o inclusive la falta de ellas, toda vez que la indecisión es la peor de las decisiones.
Nos dejamos estar, nos dormimos en los laureles. La realidad es que las “cartas” con las que nos tocó jugar en esta vida no fueron precisamente las más afortunadas; pero también es cierto que nos sentamos a esperar que las bendiciones de Dios cayeran del cielo cuando lo que había que hacer era ir en busca de ellas con determinación, con valor… con la fe que no tuvimos.
En pocas palabras: nosotros también sembramos mal.
Oramos porque que el Señor nos diera la visión, la ciencia y la sabiduría para tomar las decisiones correctas HOY. Aprender de los fracasos y sembrar con fe HOY el mañana que de la mano del Señor queremos.
Siempre digo que nosotros “no enseñamos”. “Enseña” el que mucho sabe. Al menos quien esto escribe, no sabe nada. Aprende y comparte humildemente lo que el Señor le enseña a través del diario transcurrir.
Es por ello que en virtud de que mi vida ha sido llamada a este ministerio, me he permitido abrir mi corazón y compartir esto por este medio en la certeza de que hay miles de personas a las que estas palabras les serán de alguna utilidad.
El Señor te bendiga ahora y siempre.
Autor: Luis Caccia Guerra
Escrito para www.mensajesdeanimo.com
Dios lo bendiga hno por tocar este tema que en mi corazon esta siempre , porque algo me dice que tengo que tener cuidado en lo que siembro como cristiano y quiero y deseo de todo corazon siempre con la ayuda de DIOS y para la gloria de su nombre sembrar y cosechar lo mejor .LA GLORIA SEA PARA DIOS!!!!
Dios te bendiga, estoy muy de acuerdo con usted y le garantizo que me ha servido de mucho su comentario, por los momentos enfrento una prueba muy fuerte, pero en ningun momento he perdido la fe, y El SEÑOR me ha dado su respuesta y he ido saliendo de ella, ( Tormenta) y saldre!, gracias por sus palabras y que siga bendecido
que DIOS EL CREADOR Y SALVADOR DE NUESTRAS LOS SIGA BENDICIENDO EN TODO EL MINISTERIO QUE EL LOS HA ENCOMENDADO, GRACIAS POR COMPARTIR ESTOS HERMOSOS MENSAJES.
ESTOY MUY DE ACUERDO CUANDO SEMBRAMOS TENEMOS QUE CUIDAR COMO SEMBRAMOS NUESTRA TIERRA DEBE SER FERTIL PARA QUE TENGAMOS BUENA COSECHA. NUESTRO ESTILO DE VIDA DICE QUIENES SOMOS. QUE NUESTRA RADIO DE NUESTRAS ACCIONES HABLEN MAS QUE NUESTRAS PALABRAS. YO QUIERO CUIDARME SIEMPRE Y DAR LO MEJOR DE MI. NO SOMOS PERFECTO PERO DEBEMOS SER CORRECTOS. GRACIAS POR TU ENSENANZA PARA MI ES UNA DIRECCION. QUE DIOS TE SIGA BENDICIENDO HOY.
su humildad sera engrandecida….gracias
Me agrada, sobre todo eso de que la indecisión es la peor de las decisiones, esto me confronta, pues es una de mis debilidades, pero hoy se que por algo Dios permitió que leyera esto, se que El quiere que supere este mal hábito