Las difíciles situaciones que se nos presentan de una y mil maneras en forma de ataques, persecuciones, difamación y toda clase de males en nuestra contra a veces sin ningún motivo ni razón, nos hacen sentir realmente impotentes y nos orillan a caer en desánimo y profundas tristezas al no saber ni siquiera como defendernos de tales cosas y es que es difícil enfrenarnos ante alguien que tiene sentimientos en contra nuestra, personas que simplemente aparecen de repente intentando acabar con lo que muchas veces tanto nos ha costado conseguir.

Casos así se ven en todas partes, y nos sentimos en un callejón sin salida porque por un lado intentamos poner fin a esa situación por nuestra propia cuenta, pero por otro, sabemos que si hacemos algo podríamos fallarle a Dios con nuestra actitud o proceder, y es que a parte de doloroso es desesperante lo que nos provocan las acciones que toman en nuestra contra, ya sean malos comentarios, acusaciones, burlas, engaños y calumnias, y peor aun cuando vienen de personas cercanas, eso lastima nuestro corazón y en algunas ocasiones nuestro desarrollo personal.

Pero ¿Qué podemos hacer nosotros ante todo esto? por muy difícil que parece, la respuesta es “nada”, nosotros no podemos ir y cambiar a una persona, tampoco meternos en su mente para modificar algunos pensamientos sobre nosotros, pero si hay una solución, una que siempre por alguna o muchas razones dejamos al final, y esa es dejar que Dios salga en nuestra defensa, para Él es tan sencillo actuar, que con tan solo un palabra suya puede transformar la vida de una persona, y su amor hacia nosotros tan grande para salir en nuestra defensa si alguien intenta o nos hace daño, sale como un León defendiendo a sus cachorros.

Lo único que nos corresponde hacer es perdonar y no guardar ni el más mínimo sentimiento contrario hacia quien nos hace daño, suele ser difícil, mas no imposible, y lo digo por experiencia propia, pero es la manera de hacer espacio para que Dios tome cartas en el asunto y su diestra de Justicia entre en acción, El puede poner fin a esa difícil batalla, para Él no hay cosa difícil, aun cuando parece que ya la batalla está perdida, cuando las probabilidades son pocas, siempre tiene la manera de terminar con todo, no tengas temor de lo que pueden hacer, deja que Dios pelee por ti.

Jehová de los ejércitos está con nosotros, nuestro refugio es el Dios de Jacob

Salmos 46:11

Autora: Maite Leija

Escrito para: www.mensajesdeanimo.com