Dios habla, yo obedezco
Siempre he creído que cuando Dios pone un sentir en mi corazón acerca de algo debo obedecer sin preguntarme el porque de las cosas, y es que a través de los años me he ido dando cuenta que no necesito hacerle preguntas a Dios cuando él ya me ha dado las instrucciones que tengo que seguir.
Hay momentos en las que las instrucciones de Dios parecen ilógicas o contrarias a lo que yo había pensado acerca de cierto asunto, a veces me he llevado la sorpresa que Dios me ha dado respuestas que ni siquiera pasaron por mi mente que podrían ser de ese modo y es allí a través de esas experiencias en las que me doy cuenta que cuando Dios habla, mi tarea es simplemente obedecer.
El joven Samuel comprendió que no necesitaba ver de donde provenía la voz que le llamaba, comprendió que solo necesitaba escuchar por tal razón dijo:
“Entonces vino el Señor y se detuvo, y llamó como en las otras ocasiones: ¡Samuel, Samuel! Y Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.”
1 Samuel 3:10 (La Biblia de las Américas)
Quizá estos días has estado pasando por situaciones muy fuertes, de a poco sientes que tus fuerzas se van terminando y hasta has llegado a pensar en darte por vencido y alejarte de Dios.
A lo mejor Dios ha estado dándote instrucciones acerca de lo que tienes que hacer, pero al parecerte ilógicas las instrucciones has optado por no accionar, ¡Eh allí el problema!, Dios puede darte las instrucción más ilógicas que ni siquiera puedas imaginar, sin embargo eso no significa que Él no vaya a hacer algo perfecto.
Dios le dio la instrucción a Noé de construir un arca en un lugar donde nunca había llovido, sin embargo Noé simplemente obedeció. Cuando Moisés estaba frente al mar rojo y detrás suyo venían los egipcios para llevarlos nuevamente cautivos, Dios le dice que levante su vara, una instrucción que no es acorde a lo que estaba viviendo o lo que “humanamente necesitaba”, sin embargo Moisés no hizo preguntas, solo obedeció y el mar se abrió en dos. Josué estaba frente a unas muralla de Jericó humanamente impenetrables, Dios le da la instrucción de marchas alrededor de la ciudad y luego gritar para que los murros cayeran, Josué no hizo preguntas, simplemente obedeció y el resultado fue milagroso. Jesús escupió sobre la tierra con la que hizo lodo, lo aplico en los ojos de un ciego y luego mando a que se lavará el lodo de sus ojos, ese ciego no pregunto del porque de eso tan ilógico, simplemente obedeció y con ello recobro la vista.
Yo no sé que instrucciones “ilógicas” te está dando Dios, pero lo que si te puedo decir es que aunque para ti no tengan sentido, Dios ya lo tiene todo medido y contralado, tu tarea no es preguntar el porque, tu tarea es simplemente obedecer para ver cumplido tu milagro.
Hoy te invito a dejar a un lado los prejuicios y la duda, en su lugar cámbialos por seguridad y fe y entonces comenzarás a obedecer a Dios al pie de la letra y esa obediencia te llevará a ver los mejores resultados o milagros que tus ojos hayan visto.
¿Instrucciones ilógicas?, ¡Tú solamente obedece!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org