Disco Rayado

DISCO RAYADO

Cuando tenía nueve años y cursaba el cuarto grado de primaria tenía una amiga que siempre decía: ay no, otra vez mi mamá parece un disco rayado. Cuando le preguntaba el porqué de su queja ella me contaba que su mami siempre le enviaba agua de gelatina y del mismo sabor, fresa.

Yo, escuchaba, por lo tanto  todos los días a la hora del recreo la misma expresión de mi amiga y ver como tomaba la misma agua de gelatina. Llegué a la conclusión más tarde que las dos, mi amiga y su mami eran un disco rayado.

En ocasiones, no en ocasiones, a menudo solemos quejarnos por muchísimos motivos y no nos damos cuenta que parecemos un disco rayado.

¿Cómo suena un disco rayado? Emite el mismo audio, una y otra vez y lo peor de todo es que no es agradable escucharlo, ya que cualquier cosa que se repita una y otra vez es definitivamente molesto.

Todos tenemos problemas, circunstancias que afrontar y vivir con ellas porque quizá es un proceso resolverlas; sin embargo, recordarnos a nosotros mismos lo difícil que estamos viviendo es como tener una radio con la misma canción dentro de nosotros, es por lo tanto nada bueno, edificante y no ayudará ni siquiera un poco a que ese  problema se resuelva.

Decir el cómo nos sentimos a nuestros amigos es bueno pero no a cada momento no porqué él o ella se pueda cansar de escucharnos sino porque necesitamos madurar y darnos cuenta que ser discos rayados lejos de ayudarnos nos ahoga más.

Cambiar un hábito no es fácil siempre lo digo pero también tengo la firme convicción que si tengo la voluntad y busco las herramientas correctas lo lograré.

Dios sabe todo acerca de nuestros problemas, crisis, preocupaciones, afanes, sueños, planes, dudas, miedos, tristezas, alegrías pero necesita que se lo digamos porque a él le place que sea así.

En cualquier hora del día y en el sitio que nos encontremos hablemos con él y pidámosle también que nos ayude a no quejarnos una y otra vez. Si tiene miedo a que uno de sus sueños no se llegue a concretar eso también es ser como disco rayado porque eso nos trae desánimo y este nos trae inquietud, ansiedad y empezamos a pensar negativamente.

Cuando lo anteriormente pase trate de poner en práctica  lo siguiente: ordene a ese pensamiento, queja pesimista, negativa, deprimente que se vaya ¿cómo? Ponga uno positivo en remplazo y de esa manera entrene una y otra vez a su mente. Verá que más la entrene su mente quedará con pensamientos positivos.

Afanarse por alguna circunstancia o sueño no es nada bueno, edificante para su salud, mente. Es hora de cambiar, no será fácil pero no imposible. Decirle a su mejor amigo(a) que la corrija cada vez que usted empieza a quejarse de lo mismo u hablar de un sueño con afán es otra táctica para lograr su propósito.

Déjese sorprender, todo a su tiempo, disfrute del papel que desempeña ahora y sea feliz tal y como se presenten las cosas y a las circunstancias díganles que no ganará la guerra porque la victoria es suya.

Autora: Estephany Cordova

Escrito para www.mensajesdeanimo.com



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