El ingrediente secreto
Este fin de semana tuve la posibilidad de recordar junto a mi hermana un episodio de mi niñez. Tenía alrededor de diez años de edad y quise incursionar en el rubro de la pastelería, no se me ocurrió nada mejor que INTENTAR hacer galletas. Seguí las instrucciones de la receta al pie de la letra y mezclé los ingredientes en las cantidades precisas; con mucho temor prendí el horno, recuerdo haber tirado los fósforos prendidos hacia adentro por el miedo que me daban las llamas. Sin embargo, pese a todos mis esfuerzos y mis buenas intenciones, las galletas quedaron ¡ASQUEROSAS! Tan asquerosas quedaron que tuve que botarlas a la basura, eran incomibles. Pero no eran incomibles para todos…en medio de mi decepción aparece mi hermana mayor quien las recoge de la basura (sí, de la basura) y se las come…sí, se las come todas. Su intención era que yo no me frustrara ni sintiera decepcionada, sino que sintiera que a alguien le habían gustado. Años después compruebo que fue una misión muy difícil porque además de tener mal sabor ¡ESTABAN CRUDAS!
Esta historia me lleva a pensar en varias cosas. En primer lugar, en que muchas veces en nuestra vida sentimos que estamos haciendo las cosas bien, que estamos siguiendo la “receta” al pie de la letra, pero que pese a eso, no nos están resultando las cosas como quisiéramos. Por más que nos esforzamos y vencemos nuestros temores, pareciera ser que no es suficiente porque seguimos sin ver los resultados que esperamos. Es como que algún ingrediente faltó. Y precisamente eso es lo que ocurrió.
En todas las recetas de comida existen ingredientes secretos, o bien, “el toque” o “la mano” del chef, es por eso que cada uno tiene su “especialidad”, así como cada restorán tiene “la especialidad de la casa”. Esto nos habla de que a pesar de seguir las recetas, innovan y tratan de ponerle el sello distintivo a cada cosa que hacen. Muchas veces esta situación no se da en nuestra vida.
Diariamente vemos, leemos y escuchamos éxitos ajenos, personas que triunfan en algún área de desempeño o que se vuelven famosas por alguna razón. Estoy segura que ellos no siguieron una “receta” al pie de la letra, es muy probable que hayan escogido algunos “ingredientes” de ésta, pero le pusieron su sello, agregaron el “ingrediente secreto”. Tú y yo tenemos este “ingrediente secreto”, lo que sucede es que a veces es incluso secreto para nosotros mismos, pero cuando nos empeñamos en descubrirlo todo lo que hacemos nos sale bien, porque no tiene con qué ni con quién compararse.
Lo segundo que me lleva a pensar esta anécdota, es en aquellas maravillosas personas que se mantienen a tu lado cuando las cosas no te salen tan bien, cuando a pesar de “seguir la receta” el producto final no es agradable ni bueno. Si estas personas de carne y hueso son capaces de recoger galletas del basurero para comérselas y hacerte sentir bien ¿cuánto más Dios, que te conoce a la perfección y que es quien puso los ingredientes en tus manos? Me impacta pensar que a pesar de los “desastres culinarios” que podamos hacer, para Él sigues siendo un GRAN chef. No le importa el resultado, a Él lo que le importa es que aprendas a usar los ingredientes que Él mismo te regaló, pero sobretodo, que apliques el “ingrediente secreto”, ese que hará que cada cosa que hagas lleve tu sello, tu firma.
Si aún desconoces cuál es, concéntrate en descubrir aquello que te hace un “chef” ÚNICO y pon ese sello en TODO lo que hagas, puede ser una sonrisa, puede ser amor, puede ser responsabilidad, puede ser simpatía, pueden ser infinitas cosas, pero encuéntrate con “la especialidad de la casa”…
Autora: Poly Toro
Escrito para www.mensajesdeanimo.com