INSEGURA SOY YO
Las personas que sufrimos y digo sufrimos porque es como una enfermedad, de inseguridad, debemos entender que la podemos superar. Me incluyo dentro de este grupo, sé que es vivir con la duda, el miedo, quizás de hacer algo y no le guste al resto, y es así, la inseguridad busca generalmente la aprobación de los demás. Lo que conlleva a una desdicha que solo ensombrece el gran talento que dentro de nosotros yace.
¿Pero cómo es que una persona llega a ser insegura? ¿La inseguridad me puede arruinar la vida? ¿Podré superarla? ¿Por qué no puedo ser diferente? , esta y muchas otras preguntas más son las que rondan en las cabecitas de las personas que viven este “mal”.
Cuando era pequeña mi mamá solía exigirme perfección en mis tareas escolares y en sí en toda mi pequeña vida, crecí pensando que agradar a mamá era lo primordial y si no lograba una sonrisa de satisfacción pues simplemente no estaba bien lo que había hecho. Luego de la decepción venía la culpa, sí señores, la culpa es uno los amigos que acompañan a la inseguridad, culpa de no ser lo “suficientemente bueno para” y es precisamente ella la que hace de nuestra vida una bastante inestable.
Actualmente tengo veinte cuatro años, y ha sido una LUCHA con letras mayúsculas dejar de ser insegura. Sin embargo, es en verdad ¿un terrible mal?, ¿dolor de cabeza? No vamos a negar que sí causa un y mil tropiezos, lágrimas, desesperación, entre otros pero no es del toda mala porque gracias a ella entramos a un mundo donde las personas tienen una carencia que necesita ser suplida, y que mejor proveedor de esa ayuda que Dios.
Yo comencé una relación personal con Dios a la edad de diecisiete años, era una adolescente con mil y un inseguridades, miedos, baja autoestima, problemas alimenticios, ni se imagina lo que era yo. Pero era a pesar de todas esos “males”, Dios se fijó en mí y me permitió conocerle.
¿Cómo pudo pasar esto? Lo que sucede querido hermano(a) es que Dios pone los ojos en dos clases de personas, en el pecador, necesitado, enfermo, y también en los humildes, poco vistos, valorados, menospreciados o como yo solía sentirme “poquita cosa”.
Pero no fui en verdad “poquita cosa” así como tú que me lees y alguna vez te has considerado así, no lo eres y debes decírtelo mil veces. Yo puedo estar agradecida hasta cierto punto con esa debilidad, ya que gracias a ella, mi corazón estaba blando para aceptar a Cristo en mi corazón.
Ahora no estoy diciendo con esto que ser inseguro(a) es una bendición porque no lo es, pero recordemos que para todos los que aman a Dios todo obra para BIEN. Con Dios todo es más llevadero, sí es verdad que desterrar de nuestras vidas ciertas actitudes es difícil pero no imposible. Así que ASUME Y LUCHA CON DIOS DE LA MANO. SÍ SE PUEDE, ES UN DÍA A DÍA PERO CADA DÍA CON DIOS ES UN VERDADERO DÍA =)
Tú que eres inseguro(a) no te tortures preguntándote ¿por qué yo? Porque a través de esa inseguridad, si la pones en las manos de Dios será de una gran bendición no solo para tu vida sino también para todo aquel que necesite saber que sí se puede dejar de ser insegura.
Autora: Estephany Cordova
Escrito para www.mensajesdeanimo.com