La promesa de Dios

Cuantos de nosotros hemos escuchado promesas de Dios a través de su palabra. Suenan tan hermosas y nos animan en la dificultad, nos dan aliento para seguir adelante. Sin embargo a veces nuestras emociones nos engañan, vemos que no pasa nada o nos comenzamos a desanimar.

En la Biblia vemos un ejemplo de una persona a quien Dios le hizo una promesa, su nombre es Abraham. Un día Dios lo llevó al campo y le dijo: “Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Así será tu descendencia”. Abraham le creyó a Dios, aun sabiendo que su esposa Sara era estéril, confió en Él. No importa lo difícil que hoy parezca creerle a Dios, Él quiere llevarnos a un mayor nivel de fe y amor.

Las promesas Dios nos la da. ¿Cuál va a ser nuestra respuesta?

Primero que nada necesitamos creerle a Dios, tener una fe que va más allá de nuestra lógica, una fe que mueve montañas y sabe quién es Dios, y por lo tanto reconoce que Él es capaz de cumplir lo que ha dicho.

Segundo, debemos de esperar en Dios. ¿Estamos dispuestos a esperar a pesar de lo difícil que parezca? Aun cuando haya momentos de soledad, de tristeza o sufrimiento. Abraham tuvo que esperar 25 años. A veces nosotros con tan sólo pocos meses o un par de años nos comenzamos a desanimar y decidimos no seguir creyendo. Me pregunto qué pasó por la mente de Abraham durante todo ese tiempo. Dios sabe cómo nos sentimos, no podemos ocultar nada ante Él. Él nos ha visto clamar y llorar ante su Presencia esperando su voluntad. En ocasiones Dios, se tarda  esperando a que nos acerquemos a su corazón y a sus propósitos.

Tercero, debemos estar listos para lo que Dios nos quiere dar. Imagínate comer un pastel sin haberse horneado por completo o una hamburguesa con la carne cruda. La verdad el sabor sería desagradable. Pues así pasa en nuestras vidas, en algunas ocasiones nos estamos preparados. Dios en su infinito amor nos moldea y va desarrollando nuestro carácter para recibir lo que Él quiere para nosotros. Debemos estar dispuestos a pasar por el proceso de Dios.

Cuarto, ¿Realmente estamos dependiendo de Dios? Él quiere que confiemos en él y que su Presencia en nuestras vidas sea lo más importante. Quizás nos podríamos olvidar de Él si nos concediera la promesa o deseo de nuestro corazón.

A lo largo de nuestra vida Dios nos hará promesas, para esto debemos de creer, esperar en Él, depender de su Presencia y dejar que Él como arquitecto de nuestras vidas nos vaya edificado según su voluntad.

Hoy decidámonos a creer, esperar, confiar y depender de Él.

Con paciencia esperé que el Señor me ayudara,  y él se fijó en mí y oyó mi clamor.  Me sacó del foso de desesperación,  del lodo y del fango. Puso mis pies sobre suelo firme  y a medida que yo caminaba, me estabilizó. Me dio un canto nuevo para entonar, un himno de alabanza a nuestro Dios. Muchos verán lo que él hizo y quedarán asombrados;  pondrán su confianza en el Señor.

Salmos 40:1-3 Nueva Traducción Viviente

Autora: Gloria Guajardo García

Escrito para www.mensajesdeanimo.com