LA PRUEBA DEL REY
Cuenta la fábula que cierto rey cristiano, quien no tenía hijos, envió a colocar un anuncio en la comarca invitando a presentarse ante él, a los jóvenes que deseen sucederlo en el trono. El requisito clave era: Amar a Dios y al prójimo.
En una aldea lejana, un abuelo que conocía bien el corazón generoso de su nieto, lo animó a que se presente. Éste aceptó, pero como era sumamente pobre, se puso a trabajar hasta ahorrar lo suficiente para comprar ropas finas, algunas joyas y provisiones. Luego emprendió el viaje.
Al estar cerca del palacio real, se le acercó un pordiosero, una mujer y dos niños, igualmente indigentes, implorando ayuda. El generoso joven, se quitó sus ropas nuevas, las cambió por las del limosnero, y hasta les dio joyas y las últimas provisiones que llevaba.
Finalmente llegó al palacio, hasta la presencia misma del rey. Cuando estuvieron frente a frente, el joven lleno de asombro dijo:
¿Majestad: acaso usted era el limosnero que me encontré al filo del camino?
Sí –dijo el soberano sonriendo- me disfracé de pordiosero, y mi criada y sus niños también. Y lo hice porque necesitaba descubrir si tu amor a Dios y al prójimo era auténtico. Sabía que si me acercaba como Rey, podrías fingir; pero pasaste la prueba, y por ello: tú has sido elegido para que heredes mi reino!
Apreciad@s visitantes :
El dar, es algo que se debe practicar a diario. Y para ello podemos hacerlo de cinco formas básicas. Esto es: dar siempre, dar desinteresadamente, dar discretamente, dar con alegría, y dar lo mejor. Y no solo se refiere a lo material, sino también a : tiempo, apoyo, compañía, oración, consejo, una palabra de consuelo, etc.
La Sagrada Escritura dice:
EL QUE ES GENEROSO PROSPERA; EL QUE REANIMA SERÁ REANIMADO. (PROVB 11:25)
Por William Brayanes
Escrito para www.mensajesdeanimo.com