La traducción de mamá

LA TRADUCCIÓN DE MAMÁ

biblia 3En cierta ocasión cuatro pastores se encontraban hablando de los méritos de las diferentes traducciones de la Biblia. A uno le gustaba más una versión en particular, porque su lenguaje era sencillo y hermoso. Otro prefería una edición más erudita porque se acercaba más al original hebreo y griego. Y había otro a quien le gustaba una versión contemporánea, por su vocabulario actualizado.

El cuarto pastor guardó silencio   un momento y luego dijo: «A mí la que más me gusta es la traducción de mi mamá.»

Sorprendidos, los otros tres líderes dijeron que no sabían que su madre hubiera traducido la Biblia.

«Sí -contestó él-. La tradujo a la vida, y fue la traducción más convincente que vi»

Amigos, amigas: El mandato no es solo aprender  la Palabra de Dios, sino también y sobre todo, practicarla. Recordemos que ésa era la prioridad número uno de la vida de Esdras. Como escriba, él estudiaba la ley, la obedecía y la enseñaba a los israelitas (E. 7.10). Por ejemplo, Dios mandó a su pueblo que no se casara con las naciones vecinas que servían a dioses paganos.  Esdras confesó a Dios el Pecado de la nación y corrigió al pueblo, el cual luego se arrepintió

De nada nos serviría entonces dominar de  tapa a tapa la Biblia; recitar de memoria todos los versículos de la Sagrada Escritura; sustentar  los mejores mensajes en el púlpito, o  dictar las clases teológicas más avanzadas, si no tenemos un testimonio de vida   acorde con lo que conocemos, predicamos  y enseñamos.

El ejemplo habla más que mil palabras, por lo tanto, nuestras palabras tienen que estar respaldadas por nuestras acciones, o por nuestros frutos, caso contrario  estaríamos imitando a aquellos fariseos, a los cuales  Jesús,  acusó precisamente de no hacer lo que predicaban.

Decía Jesús : todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán.” (Mateo 7: 17-20)

Autor: William Brayanes

Escrito para www.mensajesdeanimo.com



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