La tristeza no dura toda la noche
Vincent Van Gogh uno de los más grandes pintores de todos los tiempos, nació en Holanda, (1853) en el seno de una familia religiosa, pues su padre fue pastor protestante.
Frustrado en su actividad como predicador; rechazado en lo afectivo por algunas mujeres, Vicent se convirtió en un hombre melancólico , depresivo, que en algún momento se enredó con prostitutas, haciendo de una de ellas (Sien) la compañera de su vida, en quien encontró no solo refugio, sino también la contaminación de enfermedades venéreas.
Mientras vivió, no tuvo éxito en la venta de sus cuadros; siendo las pensiones de su hermano Theo, las que le evitaron morirse de hambre. Más adelante la epilepsia y la esquizofrenia aumentaron sus cuadros de dolor, al punto del llegar al suicido, ocurrido a sus escasos 37 años de edad.
Al respecto, cuentan los biógrafos que Vicent, bajo el pretexto de ir a cazar cuervos, consiguió un revólver prestado, con el que se disparó un tiro a la altura del plexo solar. Después de aquella acción, regresó a su casa, para esperar el final, que se dio dos días después.
Agregan que en la antesala de la muerte, pronunció su frase lapidaria: “la tristeza durará para siempre”.
Querido amigo y amiga, a todos de una otra forma nos sobrevienen días difíciles, tiempos duros, épocas de crisis, como producto no solo de las pruebas permitidas por Dios, sino de las malas decisiones que hemos tomado alguna vez en la vida.
Es en esos tiempos de angustia, abatimiento o desesperación , en donde no avanzamos a ver solución alguna, y en donde hasta hemos renegado de Dios, o por lo menos le hemos reclamado enérgicamente, el porqué permite esto u lo otro en nuestras vidas.
Es en esos tiempos en los que posiblemente, al igual que el citado pintor, lleguemos a declarar equivocadamente que la tristeza durará para siempre. Y digo “equivocadamente”, porque la tristeza no dura para siempre, cuando realmente creemos en el Señor, en su Palabra y en sus promesas, cuando colocamos nuestras cargas a sus pies, y aguardamos confiados.
Dice el vulgo, a manera de refranes: “Dios aprieta pero no asfixia” ; “No hay mal que dure cien años” ; “Dios no permite pruebas más allá de las que podamos resistir”…
Mientras en la Sagrada Escritura, el salmista declaró: “Porque Su ira es sólo por un momento, Pero Su favor es por toda una vida. El llanto puede durar toda la noche, Pero a la mañana vendrá el grito de alegría” . (Salmos 30:5)
Autor: William Brayanes.
Escrito para www.mensajesdeanimo.com
Hermoso e inspirador mensaje.
Bendiciones,
Brendaliz
muy bien yo estaba triste pero la tristeza no puede durar mucho cuando le entregas tus carga y cansacion al señor jesus