Mi mejor enemiga
¿Por qué? Esa pregunta me la he hecho miles de veces no se imagina cuántas. Generalmente sufrimos de ansiedad cuando nos encontramos bajo presión, quizás sucede cuando las tareas se acumulan, cuando nos distraemos y de pronto todo lo que hemos organizado durante el día o semana se queda en un pensamiento.
Cuando nuestras actividades se acumulan y quizás la flojera nos acompaña y nos dice: “hazlo mañana” ese es el gran error, ¿han escuchado el dicho: no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy? Bueno es verdad, dejar trabajos para después es fatal, es como una bomba de tiempo que en cualquier momento puede estallar.
Como consecuencia de todo ello es la no tan amiga nuestra, la ansiedad, que a miles de nosotros nos ha venido arrastrando en los exámenes de la universidad, en los trabajo de la oficina, en las tareas del hogar. La ansiedad no es buena ni saludable al contrario es dañina.
Sí, como escuchó es dañina y si usted creía que es normal debido a las muchas responsabilidades que tiene entonces primero empiece por cambiar su concepto con respecto a ella; ya que esta no es normal ni es producto de su alto grado de responsabilidad. La ansiedad es el resultado de toda su mala organización, disciplina, autocontrol, de esas distracciones o licencias que se da usted mismo y no hace lo que tiene que hacer en el tiempo que corresponde.
Parece mentira pero dedicarle horas, minutos, segundos a actividades que no había programado puede llegar a ser fatal y conducirle a momentos de ansiedad que se manifiestan con el deseo descontrolado de comer, de tomar bebidas energizantes, consumir quizás medicinas que le ayuden a no dormir y así realizar las tareas atrasadas entre otros.
En otras palabras tener ansiedad es tener un desorden enorme en todos lo ámbitos de su vida. Recordemos ansiedad igual a desorden. Para vencerla; por lo tanto, necesitamos poner orden a nuestro caos. Empiece por darle el tiempo a lo que realmente lo merece y luego las cosas que son superfluas, no tiene que llegar al extremo de volverse un adicto al trabajo, simplemente dele el tiempo a lo que debe darle tiempo. Empiece por darle a Dios el tiempo que le corresponde, el primero y todo aunque no lo crea se pone en orden.
No permita que la ansiedad asome sus narices a sus vida y si cayó en ella entonces dígale hasta aquí no más contigo y ahora le abro paso al orden. Le voy a confesar que el orden aun sigue siendo un hueso duro de roer en mi vida; sin embargo cada vez que caigo en el desorden también me levanto y vuelvo a mi muy pronto mejor amigo orden. Ser ordenado no es solo tener las cosas en su sitio en su biblioteca sino también en su vida como estudiante, ama de casa, profesional, etc.
Hasta quemar el último cartucho mi querido amigo(a) cuesta pero es hermoso disfrutar de una vida ordenada, además recuerde el orden le permitirá realizar otras actividades como las de esparcimiento y eso le permitirá a despejar su mente.
La semana pasada llegué a una conclusión y quisiera compartirla con usted:
Todo depende mi organización, ¿sino soy ordenada y organizada con lo que se me ha encargado como pretendo tener más sino con lo poco no lo soy?
Autora: Estephany Cordova
Escrito para www.mensajesdeanimo.com