NELSON NED: A TIEMPO
Como ya es conocido: El cantante brasileño Nelson Ned, de 66 años de edad, murió este domingo 5 de enero , en Sao Paulo, como consecuencia de una neumonía grave, más una infección respiratoria.
Recordemos que “El pequeño gigante de la canción”, como se lo conocía debido a su escaso 1 metro con 12 centímetros de estatura, se consagró en los años sesentas como una de las voces románticas más famosas de Brasil, y su éxito internacional llegó con la grabación de varios discos en español, lo que le permitió vender –según se dice- 45 millones de copias por todo el mundo, y ser el primer latinoamericano en vender un millón de discos en el mercado estadounidense.
No obstante el éxito de su carrera profesional no era similar al de su vida privada, pues estaba dedicado a los placeres mundanos. Esa insatisfacción, lo llevó el año 1993 a convertirse al evangelio , a aceptar a Jesús como su Salvador. Desde entonces, cambió radicalmente su estilo de vida, enfocándose en el evangelismo y la música cristiana, a más de compartir su testimonio, junto a su esposa María Aparecida.
Sin embargo, más adelante vinieron las enfermedades, que se agravaron en el 2003, cuando sufrió lo que comúnmente se conoce como derrame cerebral A consecuencia de ello, Nelson perdió la visión del ojo derecho y algo de su habla. También padecía diabetes, hipertensión arterial y Alzheimer en fase inicial.
Querid@s amig@s: Nelson Ned al final de sus días, manifestaba que “…las personas se equivocan al pensar que por tener: dinero, fama, sexo, etc. alcanzan la felicidad. Generalmente se piensa que es buena esa vida, pero bien sabemos que a los ojos de Dios, no.”
Definitivamente la fama, riqueza, poder, vanagloria, placeres de la vida… no son suficientes para llenar los vacíos existencialistas del ser humano. La única garantía válida para nuestra felicidad, está en el Señor, el mismo que como dice Su Palabra: vino para darnos vida , y vida en abundancia (Juan 10:10)
Ventajosamente Nelson Ned, entendió esto, y por misericordia de Dios, lo entendió a tiempo como para arrepentirse, y permitir que Dios restaure su vida.
Crea en mí, oh Dios,
un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu… (Salmos 51: 10)
Autor: William Brayanes
Escrito para www.mensajesdeanimo.com