No solo es cuestión de un día
Resulta ya un lugar común señalar que la Semana Santa o Semana Mayor, como se la denomina, es una época para la reflexión, para el recogimiento, para la meditación.
Generalmente así es como responde un gran colectivo de personas cuando alguien les pregunta qué significado tiene dicha semana.
Y pues sí, la S.S. podrá servir para : reflexión, meditación, arrepentimiento… y algo más. Pero el punto es que todo aquello y ese “algo más”, no debería ser cuestión de un día, de una fecha, caso contrario, estaríamos cayendo en pura religiosidad, en ese cristianismo light, el de los rituales costumbristas, a través de los que ingenuamente intentamos salir del apuro con Dios, por un día, una semana, a lo mejor un mes, para después volver a lo de siempre: a seguir viviendo a nuestro modo y manera, a nuestro estilo y capricho, quien sabe hasta la próxima Semana Santa, si es que seguimos vivos.
Amig@ que lees esto:
Dios nos ama, nos cuida, nos protege, no solo el día de nuestro cumpleaños; Él está llamando nuestra atención; ofreciéndonos su amor, TODO el tiempo.
Así es que si quieres meditar, medita no solo en Semana Santa; si quieres sonreír, sonríe no solo para las fotos; si quieres ser generoso, no basta diciembre; si deseas arrepentirte de tus culpas, no esperes un “día santo”; si te interesa la Biblia, léela, estúdiala y aplícala no únicamente cuando estás en el templo con tu congregación; y, si quieres acordarte de los tuyos, no lo hagas presionado porque se celebra el día de la madre, del padre, del niño, o de la familia, etc. Todo eso y más, incluido el agradecer a Dios, hazlo como norma diaria de tu vivir.
Recuerda que las bendiciones del Señor para ti, para mí, para nosotros, no tienen un día específico o una fecha de caducidad: manan permanentemente como lluvia continua.
Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios,
conocimiento de Dios y no holocaustos.
(Oseas 6:6)
por William Brayanes
Escrito para www.mensajesdeanimo.com