No te sientas hormiga entre la gente

No te Sientas Hormiga Entre la Gente

No importa tu estrato social, cuánta gente conozcas ni cuántas influencias tengas, tú eres ALGUIEN. En la sociedad, a menudo se nos dice que debemos ser Y o X persona para ser alguien. Que debemos tener posición social o cumplir con ciertos estándares para que nos reconozcan. Y tal vez, tu te sientes tan presionado en medio del ambiente que vives que estás como decimos acá en Puerto Rico: “como cucaracha en un baile de gallinas”, ¡pisoteado, insignificante, carente de valor!

Quizás, creas ser como una hormiga entre la multitud de gente que te rodea. Te piensas invisible o todos te miran diferente. Pero yo quiero recordarte que tú eres ALGUIEN ESPECIAL y eso no depende de las opiniones de las demás personas. Debes ser siempre tu mismo(a), pero debes aceptarte y valorarte. Si no te amas a ti mismo y te respetas a ti mismo, ¿cómo pretendes entonces que los demás te valoren?

Sé la sensación que se siente muchas veces caminar entre la gente. Sentirte perseguido por sus miradas inquisidoras que te quieren hacer sentir inferior o como si tuvieras algo muy malo. Pero hoy Dios quiere recordarte que él te ha diseñado de manera muy especial. No importa cómo seas, importa quién eres. Sé que para la sociedad es importante la presentación, esa primera imagen, pero “nunca se debe juzgar un libro por su portada solamente”, debe conocerse lo que guarda el interior.

Soy realista, Jesús mismo en su Palabra dijo: “en el mundo tendréis aflicciones”, pero también dijo: “pero confiad yo he vencido al mundo”. Sé que cada día él nos sostiene, nos da nuevas fuerzas para seguir adelante. Nos mira como los más hermosos y bellos. Pero a nosotros nos toca mirarnos y comprender que estamos llenos de cosas lindas que podemos reflejar a otros. Pero así fuera, que nadie las observara o valorara no tienes porque sentirte como una hormiga.

Yo digo que ni aún las hormigas pasan desapercibidas, son de gran ejemplo e inspiración por ser laboriosas, por trabajar en equipo. Nunca ves a una hormiga quieta, siempre está haciendo algo. Y si aún de las hormiguitas Dios tiene cuidado y les provee su alimento, cuánto más cuidado tendrá de ti que eres su obra más especial. Fuiste destinado para las alturas, no permitas que los demás te hagan creer lo contrario.

Escrito para www.mensajesdeanimo.com

Autora: Brendaliz Avilés