Ya no hay pichones en el nido del año pasado

Ya no hay pichones en el nido del año pasado

 nido

“Este año ya no hay pichones en el nido del año pasado” dice un dicho popular.  Y quiere decir que lo que pasó, pasó. Hoy, ya nada tiene por qué ser lo mismo que ayer.

Hay aves que con mucho trabajo y laboriosidad construyen sus nidos y tienen sus pichones este año.  Pero cuando al año siguiente regresan, ese nido está desierto y abandonado, no está en condiciones de albergar los pichones del nuevo año y construyen uno nuevo.

Así es como lo viví en unas cuantas experiencias. Me aparté de la institución, de la comunidad  en la que estaba, busqué otros rumbos. Tiempo después, cuando pretendí volver, ya nada volvió, ni pudo volver a ser lo mismo. Muchas veces he vivido lamentando el fracaso de la vez anterior, lamentando lo que pudo ser y no fue. Volví a ese lugar creyendo que las cosas iban a volver a ser como antes… y oh, desilusión! Ya nada volvió a ser lo mismo.

Entonces, los que sí volvían, eran los fantasmas del sentimiento de fracaso, de añoranza, de lo que pudo ser y no fue, los lamentos de lo que tuve y no supe valorar, el espíritu de orfandad.

El temor, la angustia, la desesperanza, la tristeza, son sentimientos normales de nuestra naturaleza caída heredada de nuestro padre natural Adán. No es malo sentirte así y aunque unos cuantos digan lo contrario, tampoco es malo que lo expreses abiertamente. Lo malo es quedarte en ese pozo y no accionar. Es tan fácil para los seres humanos no saber valorar lo que tenemos hoy y comenzar a darle valor cuando lo hemos perdido y ya no lo tenemos.

Hoy meditaba sobre esto. Muchas veces quise volver sobre mis pasos, pero la vida no es como caminar en el parque. Te equivocaste de camino, vuelves sobre tus pasos y te diriges por el camino correcto.

En los caminos de la vida no hay marcha atrás. El paso que se dio, la decisión que se tomó, el acto que se concretó es irreversible, no tiene vuelta atrás. No hay manera de deshacerlo, por mucho que lo lamentemos y expresemos nuestro más profundo, sincero dolor y arrepentimiento.

Sin embargo hoy pude descubrir que cada paso, sin importar si acertado o no, me dio una experiencia y una certeza que otros no tienen. La victoria sobrevino de la mano de Dios al atreverme a compartirlo, anunciarlo sin tapujos ni temores; de tal manera que tú que estás a miles de kilómetros de quien esto escribe, hoy lees estas líneas y Dios te habla ahora mismo directo al corazón. ¡Caramba! ¡No sabía que lo mismo que me pasa a mí, también le pasa a otros creyentes también!

La victoria sobreviene  cuando a pesar del temor, la incertidumbre, cuando pretendidas luminarias crean más sombras que luces; la fe en Dios, no esa fe defectuosa que proviene del corazón del hombre, sino esa fe perfecta, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Hebreos 11:1), que cuando abres de par en par confiado tu corazón delante de Dios y permites que El mismo ponga en tu corazón, nos da la certeza de que no sabemos cómo, ni dónde, ni cuándo, ni por qué, es lo que habremos de pasar, pero a como dé lugar, Dios nos dará la victoria.

Es,  pues,  la fe la certeza de lo que se espera,  la convicción de lo que no se ve.

(Hebreos 11:1 RV60)

Por Luis Caccia Guerra

Escrito para www.mensajesdeanimo.com

 



Mensajes que puedan interesarte...

1 Comentario

  1. Elena dice:

    Es duro pasar por esos momentos, en la que uno se atormenta por malas decisiones que se tomaron y que ahora esta afectando nuestro presente, pero gracias a esas hermosas palabras me doy cuenta que se debe seguir adelante y que Dios nos perdona y nos acompaña. Un abrazo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Automatic Plugins by Web Design