Ya no sigo siendo “El Rey”
“Ellos pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con Él son llamados, y elegidos, y fieles”. Ap.17:14)
Mi padre (fallecido hace ya 27 años) hombre modesto y de humilde condición, no tuvo enseñanza académica formal, más allá de unos cuantos años de instrucción primaria. Eso sí, a manera de compensación fue un gran autodidacta: leía de todo, se defendía con un poco de inglés, y era un adicto a la música y al cine. No había un film que no haya visto, y su colección de discos (en ese tiempo de acetato) era considerable. Por eso a la hora de autodefinirse decía: “soy lectómano, cinéfilo y melómano”. Esos conceptos no eran muy bien entendidos por muchos de quienes lo conocían, pero supongo que sonaban interesantes, aunque a mí me causaban gracia.
Pues bien, dentro de su amplia discoteca estaba el tema titulado “El Rey”, una canción de José Alfredo Jiménez, un verdadero clásico, una especie de himno para mi padre, cuya letra, entre otras cosas decía lo siguiente:
“…Con dinero y sin dinero / hago siempre lo que quiero/ y mi palabra es la ley. /No tengo trono ni reina/ ni nadie que me comprenda/ pero sigo siendo el rey./ Una piedra del camino /me enseñó que mi destino/ era rodar y rodar /Después me dijo un arriero/ que no hay que llegar primero/ pero hay que saber llegar…”
Pues bien, el asunto es que yo también – quizá por congraciarme o identificarme con mi viejo- empecé a hacer de aquel tema mi canción de batalla durante muchos años, hasta cierto día , en que dejé de tararearla, y la sepulté para siempre. ¿Saben por qué?… porque comprendí lo siguiente:
1. Que con dinero o sin dinero, no debo hacer siempre lo que quiero, especialmente si estoy afectando el derecho del resto y la dicha de los míos. 2. Que es demasiada arrogancia decir o pensar que mi modesta palabra pueda ser la ley, ya que humano como soy, estoy sujeto a equivocaciones. 3. Que sí tengo un trono, y es el de amor que me han dado mis hijos, mis nietos, anhelando que haga buen uso de esa jerarquía. 4. Que sí tengo una reina, quien a su vez es la amiga, compañera y esposa en quien me apoyo para enrumbarme por el camino correcto. 5. Que es falso, por lo tanto, que no haya tenido quien me comprenda. 6. Que mi destino no ha sido el de rodar y rodar, porque Dios me ha traído con un propósito en la vida; y, 7. Que hay que saber llegar, siempre y cuando mis éxitos no se asienten en el dolor o las lágrimas del resto, especialmente de los seres que digo amar. ¡ Ah … y por supuesto , final y especialmente comprendí que no fui, no soy, ni seré El Rey, ya que el único soberano que reconozco como tal , es el humilde carpintero llamado Jesucristo; Él sí, Rey de reyes, Señor de señores.
Si querido amigo y amiga; comprendí todo eso, el día que definitivamente decidí permitir que el Señor tome a su cargo y para siempre, el control de mi agitada vida.
¿Y tú?… aún cantas con aplomo: “El Rey”.
“Pilato entonces le dijo: ¿Acaso, eres tú rey? Jesús respondió: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.”
(Juan 18:37)
Autor: William Brayanes
Escrito para www.mensajesdeanimo.com
ESTA CANCION TIENE MUCHO DE ANALOGIA CON LA DE FRANK SINATRA “A MI MANERA”. NO DEBEMOS VIVIR A NUESTRA MANERA, SINO COMO DIOS NOS DEMANDA QUE NOS MANEJEMOS. ANTE TODO PONER A DIOS EN EL CENTRO DE NUESTRAS VIDAS Y VIVIR A LA MANERA DE CRISTO, COMO EL LO HIZO 2000 AÑOS TRAS
Hola, Hacer lo que quieras, en realidad muy pocos hacen lo que quieren, y la mayoria hacemos lo que no queremos, eso lo podemos comprobar con una pequeña reflexion sobre nuestras acciones, es asi que nos damos cuenta que hacer lo que no queremos es hacer algo malo, y cuando hacemos lo que queremos vemos que lo que hicimos fue bueno.